Morchella spp. y sus efectos
Conferencia impartida por Dª. Pilar Martínez Fernández.
Las colmenillas (especies de Morchella Dill ex Pers.) son setas altamente valiosas en el hemisferio norte, especialmente en Europa y Norteamérica, sin embargo, aún existe un desconocimiento de muchos aspectos de su biología, taxonomía y distribución.
Se han estudiado más de 600 colecciones (ej., O’Donnell et al. 2011) revelando más de 41 especies filogenéticas en el mundo. Además de su gran diversidad taxonómica, Morchella puede modificar sus interacciones según las circunstancias ecológicas: saprofítica, micorrizógena y facultativa. Dado su interés económico, el cultivo intensivo de algunas especies comienza a finales del XIX, y su cultivo forestal posiblemente desde la antigua Roma.
Sin embargo, siendo setas delicatessen, algunos se extrañan de su toxicidad. Las primeras intoxicaciones de Morchella se publican en 1889, Krause (1918) ya recomendaba su comestibilidad con un precocinado previo y retirada del agua de cocción (parboil). No obstante, hoy en día se comercializan deshidratas sin especificar mayor tratamiento.
Expertos micólogos han aconsejado un “procesamiento” previo y la ingesta no superior a 100 g de colmenillas frescas cocinadas o desecadas, ya que ocasionalmente, pueden dar lugar a efectos neurológicos (ataxia, temblores, visión borrosa) y malestar gastroenterítico. Saviuc et al (2010) en Francia clasificaron las sintomatologías principales de 129 intoxicaciones por Morchella, a partir de más de 1000 sucesos en 30 años, atribuyendo al menos dos: (1) Síndrome Gastroenterítico y (2) Síndrome Neurológico. No obstante, otros autores mencionan sucesos ocasionales de hematuria como efecto de un posible (3) Síndrome Hemolítico leve.
|